El aspecto clave está a la hora de situar el valor de la nueva vivienda
Con la pandemia por el coronavirus y la triste pérdida de miles de personas, muchas son las casas que se heredarán a lo largo de 2020. En un mercado que ya en el último año generó la transmisión de casi 175.000 viviendas, en su mayoría de padres a hijos, no todas las personas optan por quedarse esta nueva residencia. En caso de vender estos pisos, habrá que rendir cuentas ante Hacienda en una operación que en muchas ocasiones resulta costosa a nivel económica para el heredero.
El impuesto de sucesiones y donaciones ha sido en los últimos años un tema de gran controversia entre la sociedad española. Uno de los pagos más habituales que en su caso se debe hacer al heredar posesiones, que muchas personas consideran ‘suyas’. En el tema de viviendas existen una serie de claves para reducir su coste así como el que afecta al IPRF en caso de venta. Es, en el valor que se indique de la vivienda para pagar el impuesto, donde radica la gran clave de cara a una posterior venta y su notificación en la Declaración de la Renta. Lo lógico sería pensar que cuanto más precio se ponga a la residencia, más se pagará. Sin embargo, a largo plazo puede terminar siendo más rentable.